Nunca en mi vida me hubiera imaginado que cerrar los ojos era tan complicado, y nunca había tenido que forzarme a cerrarlos por tanto tiempo. Al principio me pareció incómodo y me esforzaba extremadamente para no abrirlos; otras veces tendía a dispersarme un poco, incluso me movía o pellizcaba para no dormirme porque realmente quería mantener el foco, pero me costaba… En varias ocasiones durante estos entrenamientos tuve que enfrentarme a este gran reto que sobre el papel suena sencillo, pero que si lo haces, entenderás que no es nada fácil.

Me cuestioné mucho el por qué de la dificultad para lograr esta actividad, y en el camino y de la mano de cada entrenamiento, fui hallando la respuesta. Cerrar los ojos significa que por un momento tienes que soltar el control, ¡significa que vas a confiar! Así pues, es creer que aunque no veas, todo está y estará bien. Al respecto debo decir que mis párpados fueron piedra de tropiezo para mi fe.

Y es que cerrar los ojos significa, de hecho, ver más allá. Eso me recuerda a Carlos, un profesor de mi Universidad quien es quizá el más memorable hasta el momento. Dicta una de las clases más complejas de aprender y de explicar, siendo él una persona con incapacidad para ver. Me sorprendía muchísimo la elocuencia con la que dictaba sus clases y su seguridad a pesar de no ver lo que estaba sucediendo a su alrededor; sin embargo, lo que más me sorprendió, es que probablemente nos conocía mejor que muchos otros profesores, porque él sí nos escuchaba, no veía lo superficial, pues estaba obligado a ver nuestra esencia que es lo valioso en nosotros. Al finalizar el semestre puedo decir que nos apreciaba con un afecto del bueno, del real, sin apariencias. Nunca le importó si alguien se podría estar burlando de él o si ocurría algo que él no podía controlar, porque estaba enfocado en lo verdaderamente importante.

En los últimos entrenamientos entendí el sentido de cerrar los ojos y la razón por la que al soñar, dar un beso u orar, los cerramos también… y la respuesta es, como dice Denzel Washington, que lo hacemos porque las cosas más bellas de la vida no son vistas sino sentidas con el corazón.

Gracias level UP, porque al igual que Carlos, me enseñaron a ver con los ojos del alma.

THE CAPTAIN